martes, julio 18, 2006

LO QUE PENSAMOS QUE SOMOS


Juan Antonio García Garrayo


Aún no me ha sido posible leer los textos que nos has enviado, sin embargo, ello no es óbice para que –como todos- tenga formada mi opinión sobre el tema del Vino Filosófico del próximo Septiembre; opinión que en absoluto considero inamovible, y que no tendría ningún reparo en modificar, si después de leer y reflexionar sobre los citados texto, a ello me inducen.

Es decir, el dogmatismo no forma parte de mis creencias, pues, creo que todos y cada uno de nosotros ha de ser libre para interiorizar y expresar las ideas políticas y/o religiosas que estime oportuno; eso sí, respetando las de los demás.

¿Utopía?, quizás no lo sería, si todos nos comprometiéramos a conjugar el verbo RESPETAR: sentimientos, derechos, emociones y creencias, entre otros.

En una sociedad abierta, deben y pueden coexistir todas aquellas ideas y creencias que no atenten contra la dignidad del ser humano. Claro es que tampoco deben ser impuestas por la fuerza –de la espada y/o de los libros sagrados- a los demás.

Decía Ortega que: El fenómeno vital humano tiene dos caras –la biológica y la espiritual- y está sometido, por tanto, a dos poderes distintos.

Reflexión que todos, creo que compartimos; en cuanto a la primera, y en mi caso, por estar plenamente de acuerdo con la eminente bióloga Lynn Margulis, cuando dice que “somos un saco de bacterias que andan”.

También, porque según otros muchos biólogos moleculares, fue el azar lo que hizo posible que surgiera la vida (es una teoría tan plausible, y respetable, como cualquier otra), y que compartimos con los chimpancés el 98,4% de nuestro ADN. Esas evidencias, me inducen a creer que no tiene sentido todo aquello que no es comprensible a nivel de nuestra razón humana.

La segunda cara que decía Ortega, yo la llamo la del 1,6%; y aquí tienen cabida los mitos, las religiones y la filosofía, por este orden y con su género. Mitos y religiones han existido profusamente, existen y seguirán existiendo y es obvio que tantos unos como otras, han sido pasos necesarios en la evolución humana; sin embargo, en nuestros días entiendo que han quedado en la obsolescencia, y que si el ser humano desea desarrollar su singular 1,6%, la Filosofía es primordial en ése desarrollo.

Ortega tiene escrito que: Filosofía es conocimiento del Universo o de todo cuanto hay, pero al partir ni sabemos qué es lo que hay, ni si lo que hay forma Universo o Multiverso ni si, Universo o Multiverso, será cognoscible.

¡Menuda tarea!

Por ello, si Filosofía es conocimiento, éste en ningún caso es ideológico, aún cuando así lo hayan venido dogmatizando, por ejemplo –uno entre miles- con el geocentrismo, por citar uno paradigmático.
Afortunadamente, aunque han tardado siglos en recoger velas y en pedir públicamente perdón, por tantos y tantos dogmatismos inútiles, relacionados con el conocimiento, implícitamente han asumido que éste no debe adjetivarse.

Quizás en el repetido 1,6% se concretan los atributos de la condición humana, es decir: el lenguaje, la capacidad de innovación, el arte, y la fabricación de herramientas complejas, entre otros, además de la violencia, el exterminio y el genocidio de nuestros semejantes, pulcramente planificados (Dachau, Hiroshima, etc. etc.).

Sin embargo…poder elegir entre caminos tan distintos, como la agresión o la ética es otro de los rasgos básicos de la condición humana y que nos distinguen de los demás animales. Por ello, defender los valores básicos de la dignidad humana, es el objetivo de otros –también- seres humanos, que dedican sus vidas a los demás, para sacarles de las miserias a las que están condenados, ya que el resto de la humanidad les negamos esos valores básicos.

Lo realmente paradójico, es que modos tan irreconciliables y dispares de conducirse durante el ciclo vital, quedan anulados cuando aquél finaliza; pues, todos los cadáveres son químicamente iguales.

Esto –para mí, aquí y ahora- es lo que somos.

Para terminar, creo que la Filosofía nos provee de las herramientas necesarias, para que, quizás algún día lleguemos a saber qué somos: herramientas que se concretan en el análisis y la reflexión de nuestra condición humana, sin apoyos ni muletas impuestas por aquellos que se consideran a sí mismos, legitimados para imponer lo que deben sentir y pensar el resto de los humanos.

Saludos.








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